Totalmente de acuerdo Arroyero. El Drácula de Browning es una pieza maestra, totalmente influenciada por el expresionismo alemán de Murnau o los primeros años de Lang. Incluso la sobreactuación de Lugosi imprime carácter al film (y al resto de su carrera, de lo que nunca se recuperó). Uno de los mayores aciertos de Universal, fue encargarle una banda sonora a Glass, y gracias a ello, nos ha dejado una de sus sinfonías más bellas, a la altura de la revisión de la Belle y la Bête de Cocteau, y la seminal 10000 Airplanes in the Roof.
De todas formas si coincido contigo en que el sonoro cuando irrumpió cambio la perspectiva de todo, y agoto un modelo industrial de producción. La transición no fue ni fácil, ni la industria estaba adaptada, pero la década de los 30 reinventó tanto el 7º Arte como la creación audiovisual, y esto sin duda fue el punto de inflexión; con Rebeca dejas un claro ejemplo de lo que significó esa nueva forma de hacer cine, y ¡sin el technicolor!
Nos seguimos “escuchando” en la blogosfera. Enhorabuena por el blog, que lo he descubierto en el blogroll del blog de Guadalinfo.